¿Tarjeta de crédito o tarjeta de débito? Conoce cuál se adapta mejor a tus finanzas personales y hábitos de consumo.
Si comienzas a manejar tus finanzas personales y no sabes si elegir una tarjeta de crédito o una de débito, no te sientas solo. Cada una tiene ventajas y desventajas según cómo administras tu plata, tu presupuesto, tus necesidades diarias y tu capacidad para asumir pagos o compras a cuotas.
Elegir entre una tarjeta u otra depende de tu estilo de consumo: si buscas control total del dinero que tienes en tu cuenta o si necesitas financiamiento para compras específicas. En esta nota te explicamos las diferencias más importantes para que puedas tomar una decisión informada y segura, siempre cuidando tu bolsillo.
Tarjeta de débito: cómo funciona y por qué puede ayudar a controlar gastos
La tarjeta de débito tiene como característica principal que el dinero reflejado en la cuenta es totalmente tuyo y puedes disponer de él mediante la tarjeta misma, o bien tener la posibilidad de sacar el efectivo de cualquier cajero automático.
Su ventaja es que los gastos se cargan inmediatamente, lo que te permite saber al instante de cuánta plata dispones. Esto es superútil, pues evitas hacer mal las cuentas, creyendo que dispones de más dinero y, al final, terminar la semana con deudas.
Otra característica relevante de la tarjeta de débito es que puedes obtenerla en versión digital, una opción muy buena si sueles realizar compras en tiendas online. Con ella puedes pagar todo lo que desees de forma segura, ya que, igual que cualquier tarjeta física, esta cuenta con los elementos de seguridad CVV/CVC, PIN, fecha de caducidad y número identificador.
Saber exactamente con cuánto dinero disponemos nos ayuda a fijarnos gastos reales. Con base en estos, podemos crear hábitos de consumo favorables para nuestra salud financiera.
Tarjeta de crédito: ventajas y riesgos para tus finanzas personales
A diferencia de la de débito, la plata que proporciona la tarjeta de crédito es propiedad del banco y sirve principalmente para utilizarlo en compras, ya que si deseas retirar efectivo de esta cuenta deberás pagar ciertas comisiones.
Con esta tarjeta, el dinero del que dispones está limitado a la cantidad que el banco decide. En pocas palabras, es un préstamo mensual que te da el banco y del que puedes tomar lo que desees, siempre y cuando se ajuste a ese monto acordado que días después devolverás en tus fechas de pago. A su vez, estas fechas están precedidas de una fecha de corte, que suele ser a mediados de mes, con ella te darás cuenta de la cuota del mes que deberás pagar.
Si bien existen las opciones de pago mínimo y pago de saldo total, lo recomendable para mantener estable tu salud financiera es realizar el pago de la cuota del mes estipulada con el fin de no generar más intereses. Porque, eso sí, debes ser puntual en tus pagos, todos los bancos cobran intereses por adeudo, pagos aplazados e impagos una vez te hayas pasado de la fecha límite.
Además, ten en cuenta que otro interés que cobra el banco es el del exceso de crédito, este sucede cuando excedemos el monto acordado por el banco.
Otra diferencia con la tarjeta de débito es que la de crédito brinda mayor protección del dinero. Mientras la primera está asegurada ante robos y otras pocas opciones, la segunda está asegurada también frente a fraudes, accidentes, viajes y más. Si quieres disfrutar de mayor seguridad, ¡también puedes activar la tarjeta digital desde la aplicación de tu banco!
Por lo tanto, podemos concluir que tanto la tarjeta de crédito como la de débito ofrecen grandes ventajas y desventajas en cuanto a las cantidades de dinero disponible, a las comisiones e intereses. En cualquier caso, lo conveniente dependerá del uso que pretendas darle a la tarjeta.
Independientemente de si te inclinas por la tarjeta de débito o la de crédito, es fundamental estar al tanto de los movimientos que realices y poner en marcha compras y gastos responsables.